fairytales

Qué fantástico es crecer creyendo en los cuentos de hadas…
Y pasamos a creer con el tiempo que las mentiras forman parte de la vida,
Que esa es la manera en que los padres tienen que educarnos,
Tienen la obligación de inventar reyes, ratones perez y cucos para que aprendamos a vivir; porque argumentan, que a fin de cuentas, eso es lo que nos espera en el mundo real.
No tengo traumas mayores de haber caído en la realidad de que en realidad tantos seres místicos no existían y que en el mundo real los príncipes azules hace tiempo destiñeron…
Pero hay un dolor que aún siento al pensar en la gran mentira que me dijeron sobre el amor incondicional de padres a hijos… y en el momento en que les digo “me enamoré de una mujer” bajan la cabeza diciendo “no te educamos para esto”, y yo…
yo no nací para ser lo que ustedes quisieran…

dulzura distante...

Me encanta vivir pensando que puedo elegir mi vida a cada paso que doy...

hasta no elegir nada es mi elección.

Como recuerdo mi pasado, como vivo mi presente y como proyecto mi futuro depende de mi; aprendí con el tiempo a vivir esta sensación de libertad que muchas veces ni siquiera entra en el cuerpo con sumo placer, pude archivar en algún lugar que no se donde queda la sensación de la libertad como carga, como la responsabilidad que obliga a vivir de maneras impuestas...

y soy feliz creyendo que todo es cuestión de elecciones...

aunque, a decir verdad, yo no elegí amarte...

la alegría más grande

la alegría de ser

la alegría de estar viva

la alegría de ser libre...

utopías...

"Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar."

Eduardo Galeano.